Torneo LXXX: José Luis Agüero Pascual

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Mi querida Tercera Fuerza: "Denme de baja"



San Bartolo Coyotepec, Oaxaca a 18 de Febrero de 2023



Denme de baja


I. DALO DE BAJA
    - Hay un chavo de Etla que se quiere dar de alta, tira bien. Dijo uno.
    - No podemos, ya somos muchos. Dijo otro.
    - Hay que dar de baja a alguien. Comentó un acomedido más.
    - A Mariano, no saca a nadie en segunda. Dijo otro.
    - A chingao!, dije yo.
    - ¡Siiii!, dijeron todos.
    - ¿Entonces no importa que batee de 400, que dé para el cartón y que le prenda sus cigarros a Don Jimmy? - Pregunté otra vez, pero esta vez nada mas se escucharon las carcajadas etílicas.

II. ¿CÁCHER YO?
    Miren, voy a contarles algo que no he tenido valor para contar a nadie más, ni a mi madre, ni a mi padre, ni a mis hermanos - lo que no es la gran cosa porque mi papá y mi mamá ya murieron y mis hermanos ni viven conmigo y ni les gusta el béisbol.

    Siempre he sido flaco y ñengo, mis brazos secos y largos me dan un aspecto de un pajarito enfermo y feo. Mi estado de salud es de regular a malo y soy un tímido incurable. Por eso desde hace tres temporadas que me han precisado a cachar no digo nada porque me recuerda a mi infancia cuando me obligaban a rezar el rosario a la fuerza o recitar de memoria México creo en ti frente a un público de buleadores profesionales, terminaba diciendo: México, creo en ti, porque escribes tu nombre con la X que algo tiene de cruz y de calvario y de vaso de insigne devoción, rosa mística y torre Eiffel…

    Ya llevo varios años aprendiendo a tragarme la saliva cada vez que me mandan al degolladero con careta y peto, pero no digo nada pues me agarra otra la vez la timidez de mi niñez y escucho a mi santa madre que no me dejaba ni hablar en Semana Santa y que abnegada agarraba siempre los últimos números de la tanda, se echaba sendos rosarios interminables por la salud del párroco Don Víctor de la iglesia de los pobres y aguantaba la respiración hasta ponerse morada cada vez que alguien mas jodido que nosotros le pedía ayuda y terminaba por ayudar a todos.

    A ciencia cierta no sé si la influencia de mi madre tenga que ver con la mentecata necedad de cachar cada fin de semana, pero si creo que hay algo de martirologio católico, una mentalidad altruista natural de recibir madrazos y poner la otra mejilla. Los católicos y los cácheres tenemos un lado sufridor, es mi madre que se asoma en cuanto puede en mí, ella era una señora modesta, pero con una propensión a la condición sufridora, dramática: casi daba las gracias por cada dolor nuevo que le venía, ya sea de su cuerpo o de sus nueve hijos.

III. ¡SACAR A ALGUIEN EN SEGUNDA!
    A fin de romper con todo mi pasado y mejorar mi presente y para no ser el candidato #1 para que me den baja por maleta de mi equipo Bo2, dejé de escribir esta clase de tonterías por un tiempo y me dediqué a una sola y exclusiva meta: ¡SACAR A ALGUIEN EN SEGUNDA!, tomé decisiones drásticas y empecé con un espectacular plan de vida para ello:

    Primero escribí un gran letrero en la pared de mi casa:

    Ser el mejor, es difícil.
    Ser único, no


    Aunque creo que lo puse en un lugar incorrecto porque ahí tiende sus sábanas mi esposa, así que casi no lo veía y se me olvidó para que diablos escribí eso. Tiempo después de que Cuervos nos volviera a apalear como es su maldita costumbre, recordé cual era mi única meta en la vida, (aparte de salir del tendedero de deudores alimenticios) así que borré esa horrible y cursi frase y escribí otra mas idónea:

    ¡SACAR A ALGUIEN EN SEGUNDA!


    Puse metas y proyectos mas pequeños y específicos, compré cientos de guías de autoayuda y superación personal, aunque nada tenía que ver Coello con el béisbol y me aburrieron un montón, mejor compré un reloj Casio y revistas de Kalimán, arreglé parte del patio trasero de mi casa para un entrenamiento exhaustivo y profesional con pesas de cemento y esas cosas de hombres y tracé un plan que quiero compartirlo con ustedes porque ha dado resultado:

    Primero solté todo lo que ocupaba mi mente incluyendo el águila que jugaba a los volados con la vida y con la muerte y la salud del Padre Víctor que hace ya tiempo chupó faros.

    Después haciéndole caso a los grandes maestros espirituales que salen en Venga la Alegría, escribí todos mis problemas en un papelito y los quemé… tampoco de nada sirvió porque mi tarjeta de crédito sigue hasta el límite y eso que hablé al banco y les conté lo del papelito quemado, pero igual entré al buró de crédito… malditos capitalistas no sabe nada de espiritualidad.

    Con mi mente en estado de calma y paz recordé que me dolía un chinguín mi codo y me puse harto vengué y comencé con la ejercitación, lancé una pelota vieja y descocida a una cortina vieja y descocida hasta que se rompió mi venda vieja y descocida y me dolió otra vez mi codo viejo y descocido.

    Era pertinente para entonces cambiar de ambiente. Me puse a ver películas de éxito y trabajo en equipo como de narcos y mafiosos, empecé a ver todo desde una perspectiva fresca, sana y distinta y me eché unas frías con buenos amigos que me dieron consejos inteligentes, aunque tuve que pagar la cuenta, pero su conocimiento valió oro y endorfinas positivas.

    Salí a caminar al aire libre sobre el periférico, miré la naturaleza a las orillas del Rio Salado respirando vitaminas gratuitas, poco a poco empecé a correr porque ahí me salieron dos cholos que me querían asaltar. Llevé al máximo mi entrenamiento: fui a entrenar dos días seguidos al ANEXO A hasta que pusieron los jueguitos de la feria.

IV. HABILIDADES MENTALES DE KALIMAN
    Tres temporadas de jugar, dos años de psicoanálisis para perdonarme la muerte del Padre Víctor por mi falta de fe y un poco de entrenamiento ya estaba preparado.

    Tiré todos los libros de Coello y adquirí las seis habilidades que aprendí de Kalimán:
    1. Motivación: Crear y mantener el entusiasmo hacia mi objetivo de sacar a alguien en segunda. (Agradezco la paciencia infinita de mi amigo Fito)
    2. Disciplina / Determinación: Seguí un plan de acción para alcanzar mi meta, controlando los impulsos de irme de borracho a cada rato y nada mas de vez en cuando. Eso, aunque no lo crean me ayudó a mantenerme enfocado, incluso cumplía con mis demás obligaciones y responsabilidades y hasta salí del tendedero de deudores del que después me enteré fue una triste broma de mis cuates de parranda a los que les había pagado la cuenta.
    3. Confianza: Empecé a creer que lo lograría algún día antes de los 60 años.
    4. Resiliencia: Agarré una capacidad de adaptación y recuperación ante dificultades o adversidades, sobre todo cuando ya contrataron a otro cácher y me quedé en la banca.
    5. Atención plena: Estar enfocado en la oportunidad de cachar otra vez, o por lo menos salir de la banca, aquello importante para lo que me preparé tanto tiempo.
    6. Humildad: El número uno, esa actitud de reconocimiento y aceptación de mis limitaciones como cácher que me permitió estar abierto a aprender, crecer y mejor dedicarme a otra cosa.

V. EL GRAN DÍA
    Y sucedió en un juego contra los Búhos de Zimatlán, no llegó el cácher oficial y heme aquí que con toda la alegría y animosidad posible me puse los arreos con tanto ahínco y amor que pareciera estar abrazando a la vida misma, saqué de mi maleta la frase que escribí en un papel y lo guardé en una bolsa trasera muy cerca del corazón.

    Llegó una oportunidad y otra para tirar a segunda, pero nada mas no podía, me ganaban la carrera esos chamacos que corren como locos, ese equipo de adolescentes me hizo ver mi suerte además de recibir un batazo en la ingle y un bolazo de faul en la careta que me ordenó las pocas neuronas.

    Finalmente en la parte baja del noveno inning, el juego apretado, pocas carreras de diferencia, sale el corredor a robarse la base, pido a Morán nuestro pícher un lanzamiento abierto y alto, me lo tira pegado y abajo, pero levantando la bola casi del suelo logró apretar el gatillo y tiro el mejor lanzamiento de mi vida sacando de calle al corredor que entró barrido, el campo corto todavía levanta el guante al umpire que corriendo espectacularmente y abriendo los brazos grita ¡SAFE! …

    Y bueno, después de todo este proceso creo trabajaré en algún nuevo proyecto que dependa sólo de mi. Y saben que, mejor si, denme de baja.
    ¡CREO EN TI…AMEN!

    Mariano Estrada
    Unidad Eduardo Vasconcelos, 3ª Fuerza. febrero de 2023




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