Mi querida Tercera Fuerza
San Bartolo Coyotepec, Oaxaca a 4 de Marzo de 2022
Detrás de la careta. Acabó el juego. Perdí, como casi siempre.
- ¿Perdí?. Me quito la careta, seco el sudor mezclado con tierra y cal. Apenas me puedo mover. Me pesan mis cincuenta y tantos, el peto, las espinilleras, la mascota y los reumas.
Antes del juego todos se saludan, sonríen, todos somos iguales, comentan "pendejaditas" mientras se ponen cuanta cosa que huele a mentada. Termina el juego, me duelen un buen las rodillas, pero duele mas el orgullo de haber hecho un excesivo esfuerzo para nada, para perder como siempre ¡carajo!.
¿En forma? Para nada, no he entrenado lo suficiente, ¡Qué te pasa, es tercera fuerza! Llego a la caseta, tengo calambres y reclamos:
- ¡¿Porqué no la agarraste?!
- Te pedí alta y abierta y me la tiraste baja y pegado.
- ¡Traté de tirar la chimichanga pero ni te agachaste!
- No manches, ¡cacha tú we!
- ¡Jajaja yo le caché al mismísimo Carlos Castilla!
- ¿Hijo?
- No, al papá.
Mientras me arrastro a cambiarme, dudas malditas me vienen a la cabeza: ¿por qué sigo haciendo esto? ¿quién me manda? ¿mañana cómo me levanto?. La respuesta es sencilla, porque me gusta, porque no lo puedo dejar, porque el béisbol es otra cosa, algo que no entiendes que ya no puedes, es una filosofía de vida:
- Hasta que caiga el último out. (me digo).
Cachar es una locura, es recibir la tres curvas, la recta, la "cuchuflezca", la que nunca llega, la de desperdicio, el foul a la ingle su "moder". Es enfrentarse a cada bateador e intentar que no te gane, que no batee, que se avergüence, que se pudra en el infierno de los ponchados.
Detrás de la careta veo el juego con otros ojos, ojos de miope y bien borroso. Pero bien vale otro ibuprofeno, otra infiltración, otra venda, aunque ya parezca momia. ¡Bien vale la pena salir a mascotear! Es parecido a dejar atrás toda la rutina, sobre todo la más normal.
Mientras me visto con los arreos me parece dejar atrás a los demás "simples mortales" y su vida mundana y facilona, que también es la mía a veces. Es una sensación extraña, especial, casi única, en donde mi propio cuerpo casi en despojos me lleva a donde quiera, aunque no pueda y sin siquiera algún motor o combustible que no sean mis propias ganas de ganar y avanzar en el standing que es lo único que importa.
Mi hija no comprende, me reclama, no entiende porqué tanto sacrificio por algo tan elemental como un “juego”.
- Luego no te estés quejando. Me dice.
Y entonces llego a la conclusión: No se trata de ganar o perder, sino de lo que obtengo en el interior porque no se trata de sólo piernas, sino de cabeza fría, paciencia, inteligencia y colmillo. Al final del juego de la vida ya descansaré. Mientras tanto puedo decir que perdí, pero gané.
- ¡Bien jugado joven Mariano! Me dice mi buen amigo Don Jimmy.
Listo, ya no necesito mas.
MARIANO ESTRADA
San Bartolo Coyotepec, 27 de febrero.
PD. Sólo caché 3 entradas.
¡Esto no acaba hasta que se acaba!
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