Mi querida Tercera Fuerza: "Los de la banca"
San Bartolo Coyotepec, Oaxaca a 16 de Junio de 2022
"LOS DE LA BANCA"
- Siempre he querido jugar béisbol, pero generalmente lo veo desde la banca.
- Siempre he querido pertenecer a los inmortales encumbrados en el salón de la fama del juego del diamante.
- Siempre he visto con asombro a aquellos héroes que se elevan cada domingo desde hace años y cuyo brazo todavía les alcanza de la tercera a primera sin dos botes.
- Siempre he envidiado a esos guerreros que pierden la razón buscando palizas y se divierten desbaratando la pelota a batazos descomunales y se despanzurran en tremendos atrapadones de cuyos cuerpos castigados y raspados levantan el guante con la bola dentro en señal de victoria.
Durante 30 años no lo he conseguido, sólo soy un diablo cojo, un marchito loco que en cada turno exhibe sus vergüenzas, un villano que en la ultima entrada le tiemblas las piernas y que, metafóricamente hablando, teme matar a la mujer que ama, un hombre de mediana estatura, un gigante entre los pigmeos, y un enano entre gigantes. Un tipo inoportuno como un dobleplay. Un idiota en una odisea de nueve entradas que entre aventuras y desventuras sostiene con ibuprofeno y vendas la mascota, la careta y la vida.
El problema es que amo este deporte y aunque parezca insensato, estúpido y extravagante decidí hacer mi propio equipo en “TERCERITA” sólo así quizás ahí podría jugar sin culpas. Gasté dos, tres, diez, quince mil pesos en uniformes, pelotas y ampayeos y al final de cuentas también quedé sentadito en la banca.
- En la banca porque el béisbol es de babas y no de barbas.
- En la banca porque si no puedes, no puedes.
- En la banca porque la “TERCERITA” es cosa seria.
- En la banca porque a diferencia de algunos políticos y periodistas la pelota de béisbol no acepta sobornos.
- En la banca porque a diferencia de algunos policías, la recta del CALACA no se hace la disimulada y te deja pasar a la primera base como si no pasara nada.
Por eso bienaventurados sean los que juegan, los caballos, los 4º bat, los buenos brazos, los que ven bien, los que a pesar de los años son campeones, los que tienen la dicha de jugar un juego completo, los imprescindibles, los que no ven el juego desde la banca cada domingo.
Bienaventurados sean también los de la banca, los del silencio, los que esperan un turno, los que viven del recuerdo de su única atrapada.
Bienaventurados los príncipes desconocidos, los profetas de dugout.
Bienaventurados los jugadores a los que sólo puedes esperarles una chiripa o un milagro.
Decía un famoso millonario que todo se puede hacer con una determinada cantidad de billetes… a mi no me funcionó y ahora sé que, aunque pagues hasta el cartón quien es caballo es caballo y quien es banca es banca y aunque se lloriquee y se aguante al equipo no se le abandona porqué ningún jugador es tan bueno como todos juntos, incluso los de la banca.
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