Mi querida Tercera Fuerza: "El Torito"
San Bartolo Coyotepec, Oaxaca a 3 de Junio de 2023
El Torito
Hacer deporte es una actividad que tiene muchos beneficios para la salud y el bienestar de las personas, sin importar la edad que tengan. Según varios estudios, hacer deporte puede ayudar a prevenir o controlar enfermedades como la diabetes, la hipertensión, el colesterol, el cáncer o la depresión. También puede mejorar el estado de ánimo, la autoestima, el sueño, la memoria y la calidad de vida.
Pero ¿qué pasa si te levantas temprano para cruzar toda la ciudad para jugar a las nueve y sin desayunar, tomas tres pastillas distintas para el dolor de Ketorolaco, para ver cuál de todas te quita el maldito malestar del codo, haces mil corajes porque no te meten a jugar, te asoleas terrible, pierde tu equipo porque metieron a nueve más maletas que tú y terminas tomando muchas chelas como casi siempre?.
Según varios estudios hechos por mí, hacer eso es una reverenda estupidez. Lejos, muy lejos de obtener los beneficios del deporte, la evidencia señala que se te terminará subiendo la presión, el colesterol, los triglicéridos y las pulgas del torito. Y que también lejos de quitarte la depresión, terminas con un sentimiento de culpa y cruda moral, económica y familiar que te desgaja el cuerpo y las neuronas de manera feroz y dolorosa.
Esta cruda moral es el “arrepentimiento” que sientes por algo que hiciste, la mayoría de las veces sin intención, y que va en contra de tus valores o principios. Por ejemplo, tomar ebrio y que te agarre un operativo, amanecer en una celda, pagar una multa o mordida descomunal, dormir con una cobija que huele a vómito y esperar con una gran vergüenza que vengan a sacarte las personas que previamente te han dicho mil veces que no hagas eso.
Yo no digo que me haya pasado a mí, le sucedió al primo de un amigo que también me ha comentado de lo importante que ha sido aceptar lo que hizo, hablarlo con alguien de confianza y disculparse por lo que ofendió o pudo haber pasado, obviamente aprender de la experiencia y evitar repetir los mismos errores.
Por supuesto, nada de eso tiene que ver con el beisbol, veo a muchos amigos que siguiendo las prescripciones médicas de disfrutar de un deporte sano que activa mente y cuerpo, juegan beisbol con gusto, deportivismo, alegría, garra, pasión y satisfacción. Por el contrario, observo de entre los cuates muchos que van a sacar no sé cuántas de sus frustraciones contra el ampáyer, contra los compañeros, hacen del dugout un programa de Laura en América, estresan, cansan, fastidian y destruyen.
El beisbol es un deporte que puede generar muchas emociones positivas, como alegría, satisfacción, orgullo o diversión. Pero también puede provocar emociones negativas, como ira, tristeza, ansiedad o frustración que por muy desagradable que sea no puede empañar la belleza del juego, se gane o se pierda.
La frustración en el beisbol puede surgir por diferentes motivos, como perder, no jugar, lesionarse, tener un mal turno, no tener el apoyo de los compañeros o del manager, etc.
La frustración puede afectar negativamente a la psicología de cualquiera, causando estrés, ansiedad, disminución de la motivación por jugar, violencia, agresividad, alcoholismo y un frio, duro, y apestoso “torito”.
El beisbol debe ser una fuente de bienestar y no de sufrimiento.
MARIANO ESTRADA
COMANDANCIA DE POLICÍA DE ETLA
2023
PD. SI TOMAN, NO MANEJEN, EN SERIO.
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