Mi querida Tercera Fuerza: "Galletas de animalitos"
San Bartolo Coyotepec, Oaxaca a 26 de Febrero de 2024
Galletas de animalitos
Hace mucho no escribo, tanto como de la última vez que me tocó jugar en el Pedrito Vázquez hace ya seis meses. Ayer fui a jugar ahí, extrañaba las enormes piedras de la tercera base, las popós de los perros por montones y el buen ambiente de las gradas que no existen.
El partido fue lamentable y el resultado para nosotros fue peor, bien podría haberme quedado en la casa a pegarle a mis hijos y a mi perro y me sentiría menos mal. El resultado por paliza es lo de menos ya que mi amigo Edgar Figueroa tuvo doble fractura de tibia y peroné al atorarse sus spikes nuevos en el jardín central y hoy ya amaneció con doble tornillo de acero en su pierna derecha.
Es septiembre. Tomo mi café con tres galletas de animalitos. Se corona Búhos con juegazos de Don Israel y German, grandes veteranos de 1940 y 50´s respectivamente. Yo brindo con los ganadores y con los Bo2 perdedores y de paso brindo con los de los demás equipos y los de otras fuerzas y categorías por todas las gradas y campos de beisbol.
En octubre celebraba mi cumpleaños 52 y ocupaba todo el mes para brindar a mi salud ya que soy del 31. Comía 5 galletas de animalitos, RANGER DE TEXAS se coronaba campeón de la MLB, los semáforos de mi ciudad se descomponían, la guerra de Ucrania continuaba e Israelitas masacraban palestinos indiscriminadamente.
En noviembre sólo comía nueve galletas de animalitos porque me atiborraba de pan de muerto. Supuse que era buen momento de brindar porque Verstappen volvía a ganar el campeonato mundial de pilotos y los Pericos de Puebla le ganaron la final a Lagunas en una final que nadie vio. Mi afición al beisbol y mi hígado empezaron con problemas maritales.
En diciembre me fui en Tren Maya desde Campeche hasta Cancún, comía hasta 10 galletas de animalitos, conocí muchas ruinas, pirámides y bares en todo Campeche y Yucatán. La Liga Eduardo Vasconcelos rendía un merecido homenaje al caballete José Luis Agüero.
Arozarena subía de arriesgado balsero cubano a obtener 1 millón de dólares al mes por jugar beisbol en Tampa.
Estrenando año nuevo, 8 galletas de animalitos solamente para bajar la panza chelera y evitar tener trasero de señora rechoncha.
Finales de enero, Othani va a recibir nada más $328 767 pesos diarios por jugar. Mi equipo Diablos sigue invicto y sin conocer la victoria, y es que sólo llegamos los nueve jugadores al campo y tengo que jugar todo el partido:
Primera entrada, tengo un aumento gacho de sed y la visión borrosa, en la segunda entrada y después de mi primer turno el cansancio y debilidad está cañón, devoro mis 6 galletas de animalitos y voy por la segunda Pepsi, en la tercera entrada viene el dolor de cabeza y aprovecho que hay baños nuevos en el Pedrito y voy a mear por quinta vez, en la 4ª entrada me apresuro más galletas de animalitos y la falta de aire es evidente… otra Pepsi.
A duras penas llego a la séptima entrada porque se me acalambran las piernas, me sacan cargando, gracias a Dios se termina el partido en la 7ª. Entonces nadie me quita la oportunidad de sentirme generoso y voy por un cartucho, se me olvidan todos los males y los errores, después de todo hice un par de buenas atrapadas y hay que beber para celebrarlas y ya después te sigues de largo para planear el próximo partido, el próximo torneo, el próximo homenajeado, el próximo presidente de México y el próximo siglo. La cosa es acabarnos obligadamente todas las cervezas del amigo Toño, además todos somos amigos, compadres y nos queremos mucho.
Febrero no pinta bien, existen leyes de las que nada sabemos, toda suerte de impulsos y bebidas espumosas que nos llevan a sus fauces y terminan enjaulándonos con sus barrotes de carbohidratos y grados etílicos.
Las maldita galletas de animalitos crecieron en mi panza, cada elefante y cada camello tuvieron elefantitos y camellitos dentro de mí y el doctor dice que quizás mañana la tercera galleta termine aplastándome definitivamente. De mi mano derecha se me zafa la cerveza, o la suelto, cae en el piso, la tierra seca la absorbe compulsivamente. Destapo otra… se vuelve a caer, algo anda mal.
El doctor sopla y sopla una bombita en mi brazo, 140/100, dice.
- Mejor cheque en el izquierdo, porque el derecho me duele porque acabo de pichar cuatro entradas le dije.
- 139/98. Dice.
– ¡Ahí está, ¡qué le dije doctor, no hay problema! El doctor no me hace caso, me interna, me hace análisis, me condena: no más alcohol ni galletas de animalitos.
No hay problema, lo tomaré como un reto personal, una meta, un cambio de conducta, incorporación de hábitos mas benéficos. No pierdo nada con 30 días de sobriedad y de dejar de comer pan de dulce y galletas de animalitos.
Hoy cumplo un mes. El beisbol, la literatura, los play offs o la carretera a Puerto escondido pueden esperar, pero la diabetes y la úlcera estomacal no. El caos en mi cabeza con la presión alta constituye el mejor argumento contra el guiño suicida de la botella y las galletas de animalitos y es que no hay nada inventado por los hombres de toda la historia que produzca tanta felicidad que tomar una cerveza bien fría después de un buen partido de beisbol…
La necesidad de beber y comer pan de dulce en exceso está en la misma banca de espera que la voluntad y el cambio de rumbo. Es el penúltimo momento antes de la calamidad. Todos hemos pasado por esos momentos de esparcimientos suicidas, pero también podemos atravesar el fuego sin quemarnos y estar sentados al día siguiente en la sombra y sin resaca.
Hoy no ha sido mi día, ni siquiera mi semana, ni mi mejor juego, ni mi temporada, ni mi año… ni mi vida entera, pero me he divertido mucho y lo bailado no hay quien me lo quite, no puedo arrancar páginas del libro de mi vida, pero andaba tirando todo el libro al fuego.
Nunca me han expulsado del partido a excepción ahora que el baumanómetro amenaza con sacarme definitivamente. Cuando miras el abismo el abismo termina por mirarte a ti decía mi compadre Nietzsche.
El arrepentimiento se produce por no haber hecho nada, por eso no me arrepiento. ¿Fue una buena pelea autodestructiva? No lo sé, esto soy porque esto fui. Gané y perdí. Me he ponchado y también bateado de hit, sigo en el juego, en tercerita, pero en el juego de mi vida sinuosa, ilusoria, grata e ingrata. Lo que ves es lo que hay y obedece solamente al mayor milagro de seguir jugando beisbol hasta que solamente me alcance para ser un viejito aficionado imprudente y fastidioso.
Hoy meriendo sólo una galleta de animalito y la chela sigue en la hielera esperando a alguien que sepa tomar y disfrutarla sin excederse.
Mariano Estrada
SAN BARTOLO COYOTEPEC.
PD. Hoy no hay cruda, pero espérense que gane el primer juego de la temporada y a ver que pasa. Y ahora que está de moda compartir teléfonos particulares, agradezco comentarios al tortugamóvil 951 119 1825.
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